Por Luis Rodrigo Guevara Iglesias, Presidente Ejecutivo Nacional de APEECO
“El populismo necesita de pobreza, ignorancia y fanatismo”, afirma la célebre frase de Lonigro, un reconocido constitucionalista argentino, publicada en una columna de opinión. Y bajo la misma modalidad de opinión y libre pensamiento, no podía dejar pasar por alto el polémico y populista proyecto de ley de “Liberación del 25% de las AFP” que acaba de ser aprobado por un congreso que al parecer utiliza el trágico contexto de crisis y de austeridad económica para afianzar su poder y aceptación popular. Y lo más grave de todo, haciéndole creer hipócritamente al pueblo que la decisión que tomaron es la más acertada.
La guerra de la nueva década
El Perú y el mundo se encuentran en guerra. Esta vez, contra un enemigo prácticamente invisible, minúsculo y silencioso; pero tambien con la capacidad de ser mortal si nuestro sistema inmunológico y nuestro sistema nacional de salud no se encuentran listos para batallar. Lo primero, depende de cada persona. Lo segundo, depende de la capacidad de reacción y de las estrategias del estado, que hasta el momento han sido correctas.
Desgraciadamente, este enemigo silencioso nos abrió otro frente de batalla peligroso, volátil y difícil de contener; debido a que si la estrategia falla, más de una nación quedará en cuidados intensivos durante mucho tiempo. Combatir la inevitable recesión económica es el nuevo frente de batalla del estado peruano. Sin embargo, no debemos olvidarnos de que esta recesión es pura consecuencia de la pandemia. Por lo tanto, el punto clave y determinante en esta guerra, es controlar la propagación del Covid-19.
Desenmascarando la Ley
Cuando nos referimos a que el populismo necesita de pobreza, esta última se basa en el contexto actual, en donde la caída de ingresos de la gran mayoría de familias peruanas es el problema que no los deja con tranquilidad. Con mayor razón aún si consideramos la importante cifra de que el 72% de los trabajadores peruanos son informales, es decir, viven el día a día.
Ante esta situación nos hacemos las siguientes preguntas: ¿Las familias necesitan liquidez? La respuesta es un SÍ rotundo. Por lo tanto, ¿Es popular retirar el dinero? Nuevamente nos encontramos con un Sí. Y sobre el sistema privado de pensiones (SPP), ¿ha tenido un desempeño solidario en el que se priorice la rentabilidad de los aportantes? Es aquí donde la bomba de tiempo explota. Esto debido a que en 27 años de convivencia con el SPP, los ciudadanos solo han sido testigos de un sistema abusivo, en donde las empresas administradoras han lucrado más de lo que los aportantes han podido ganar con el esfuerzo de toda una vida trabajando y aportando.
Por todo ello, es común encontrarse con las frases populares tales como: “La AFP me roba”, “Han perdido mi dinero”, “Las comisiones son abusivas”, “El sistema no me garantiza una jubilación digna”, etc. Producto de la opinión pública, es aquí en donde el oportunismo político se hizo presente, enmascarado con el nombre de “LEY QUE ESTABLECE MEDIDAS PARA ALIVIAR LA ECONOMÍA FAMILIAR Y DINAMIZAR LA ECONOMÍA NACIONAL EN EL AÑO 2020”.
Nadie puede negar que tiene el nombre de una ley popular, romántica con el público y de muy fácil digestión; ya que brinda la sensación de que es la solución inmediata a la crisis económica que vivimos hoy en día. Sin embargo, esta ley es el claro ejemplo de que por más popular que sea una ley, siempre debe prevalecer el análisis técnico y cuantitativo, además de medir con prudencia los efectos adversos que podrían suponer activar una iniciativa de semejante magnitud.
Hablemos de la “Solución”
La recesión mundial es inevitable y por ende la situación del mercado financiero se traduce en el desplome global de los principales índices bursátiles del planeta (incluyendo abruptas caídas en la bolsa nacional). Aquellas bolsas, en donde se encuentra invertido gran parte de los fondos de las AFP, han perdido valor debido al contexto desfavorable con el que nos castiga el Covid-19. Es por eso que nos encontramos en el peor momento de vender los activos del fondo de pensiones. El precio de venta sería muy inferior al precio regular en un contexto sin crisis. Es decir, vamos a “malbaratar” los activos.
Es por ese motivo que se considera populismo puro esta “solución”. Aquí es donde el nuevo congreso encontró la oportunidad perfecta para lanzar su arremetida de “servir al pueblo”, a costa de una iniciativa demagoga que amenaza con desestabilizar el fondo de pensiones. Servir al pueblo es tomar decisiones prudentes y mesuradas que brindarán una solución integral al problema. No es tomar decisiones apresuradas que desencadenen un “remedio” que puede ser peor que la enfermedad.
Analizando medidas más razonables
El MEF ya había dispuesto medidas acertadas para enfrentar la crisis económica: Un paquete económico del valor del 12% del PBI. Es decir, más de 90 000 millones de soles serán inyectados a la economía nacional para hacer frente esta crisis. Además, frente a la inminente necesidad de liquidez de las familias peruanas, aprobó el famoso bono de 380 soles (aunque queda claro que es necesario una nueva distribución ya que la primera no fue del todo eficaz) y el retiro de hasta 2000 soles de la AFP para ex aportantes.
Bajo este contexto: ¿Fue prudente aprobar un retiro masivo del 25% del fondo del SPP? ¿Fue suficiente establecer el tope de que solo se retirará un máximo de 3 UIT? En lo personal, considero que la decisión fue exagerada.
En primer lugar, antes que nada, el presidente Vizcarra debe aprobar u observar la ley para su promulgación. Lo ideal sería que la observe y negocie mejores alternativas que beneficien a los peruanos que urgen de liquidez y a la vez a aquellos aportantes que no retirarán su dinero. Además, no debe olvidar que la reforma integral del SPP es una tarea pendiente que debe ser agendada como el primer tema de debate postcrisis.
En segundo lugar, según los plazos indicados en el proyecto de ley dan a suponer que los aportantes recién podrán retirar parte de su dinero, siendo optimistas, a fines del mes de abril. El presidente posee 15 días hábiles para manifestarse. Luego de eso, la SBS tiene 15 días calendario para emitir el procedimiento operativo que ordenará la devolución del dinero. Y luego de eso, los aportantes recién podrán retirar su dinero 10 días después de haber presentado la solicitud a la AFP a la cuál pertenecen.
Aquí mi tercer y último análisis obtiene forma: ¿Es razonable el monto de retiro de 3 UIT (12 900 soles) en una fecha en donde el estado asegura que contaremos con una cuarentena menos restringida? El gobierno indica que para el 4 de mayo se debe retornar a las clases presenciales en las entidades educativas del país. Por consiguiente, se sobreentiende que muchas actividades económicas volverían a realizarse con normalidad. En pocas palabras, los peruanos saldrán a trabajar otra vez.
Por todo lo expuesto…
Reafirmo que el porcentaje de 25% y el tope de 3 UIT no fue la mejor opción. El MEF ya estaba facilitando medidas similares de retiros del fondo que sin lugar a duda son más prudentes. Y si el congreso quería cooperar con la iniciativa, este porcentaje debió ser menor, o de lo contrario, se debió establecer un monto de retiro fraccionado y progresivo congruente con el tiempo en el que las familias no percibirían ingresos; y así no permitir la fuga de casi 27 000 millones de soles que podrían debilitar el único sustento económico de muchos jubilados en el futuro.
La pelota está en la cancha del presidente. El decide si la ley será observada o promulgada. Aunque reconociendo su pasión por las encuestas que aprueban su popularidad, se corre el riesgo de que no la observe. Sin embargo, esperemos que de la mano de una ministra de economía pragmática y enfocada en brindar soluciones sostenibles, se pueda tomar la mejor decisión. Quizás la reforma del SPP debería esperar la derrota del virus.
Covid-19 ¡te vamos a vencer! . Y posteriormente, que se vayan haciendo idea las AFP que serán los siguientes en ceder a las condiciones que exijan los trabajadores del Perú.