Por Maria Paula Cielo, estudiante de Economía del tercer ciclo de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
Si particularizamos por sectores económicos nuestro análisis en el impacto causado por esta pandemia, podemos notar claramente el distinto comportamiento de cada uno de ellos, y a su vez las variantes que puedan resultar a favor o en contra de su crecimiento.
El pasado viernes 5 de junio se dio inicio a la Fase 2 de reactivación económica, y la situación en la que esta encuentra a algunos sectores no es precisamente con las condiciones del todo favorables.
Poniéndonos en contexto
Sector Agropecuario
El sector agropecuario tiene aspectos positivos muy resaltantes que le suman favorablemente al momento de analizarlo; sin embargo, los factores en contra de este sector, que por su gravedad resultan alarmantes, se han ido acumulando a lo largo de los años y posiblemente este actual contexto de Estado de Emergencia sea la gota que derrame el vaso.
Por un lado, a pesar de la coyuntura nacional por el Covid-19, este sector ha experimentado un crecimiento del 0,6% en el mes de abril del 2020, según cifras oficiales; sustentándose en un incremento de la producción por los subsectores agrícola y pecuario.
Según el Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) se ha logrado un acumulado del 2,2% de crecimiento en lo que va del año en comparación al periodo similar en el 2019.
Otro punto a favor es el flujo de abastecimiento diario de alimentos, el cual se encuentra en las 9 mil toneladas diarias de volumen; en parte, gracias a la reapertura de los principales mercados de Lima, que hace unas semanas tuvieron que cerrar para evitar la propagación del virus. A la fecha, desde que inició la cuarentena se estaría alcanzando un volumen de alimentos ingresados a los mercados mayoristas de 800 mil toneladas.
Respecto a las agroexportaciones, estas presentan expectativas de un escenario positivo, debido a la alta demanda por parte de los mercados internacionales; resaltando en su mayoría a los productos frescos como los cítricos. Aunque, existen también dificultades en la exportación de otros productos, sobre todo en el transporte, lo cual ha sido motivo de incumplimiento en entregas y pago de penalidades.
Por otro lado, es indiscutible que los agricultores hayan sido afectados de alguna u otra manera por esta pandemia, ya que, a pesar de no haber detenido la producción, hay miles de toneladas de alimentos que no lograron comercializarse a tiempo por las medidas del aislamiento social obligatorio.
Además de ello, La Convención Nacional del Agro Peruano (CONVEAGRO) dio a conocer que este sector se encuentra en la “cuerda floja” debido a las deficiencias en el apoyo estatal a la agricultura familiar, y que, de no tomarse las medidas necesarias por parte del Gobierno, se podría producir un severo desabastecimiento de alimentos, pues son 660 mil familias agricultoras en riesgo de quiebra.
Ante esto, surge la pregunta: ¿por qué la agricultura familiar ha llegado hasta este punto donde peligra su subsistencia? Este es el resultado de una serie medidas que debieron tomarse y no se tomaron a tiempo; no es una situación reciente, sino, el producto de haber olvidado a esta población por años.
Los pequeños agricultores y campesinos se encuentran en una situación de vulnerabilidad preocupante, y precisamente, cuando esta condición debió brindarles el acceso a los bonos dados por el Estado para afrontar esta coyuntura, resultó lo contrario, ya que estos subsidios no llegaron ni al 20% de la población que vive a más de 4 mil metros de altura, provocando que, si antes corrían peligro, ahora estén a centímetros del abismo.
Frente a esto, CONVEAGRO insiste en su propuesta, planteada hace semanas, de crear un Fondo de Salvataje y Reactivación de la agricultura familiar, ya que la mayoría de los pequeños productores no han podido acceder a créditos debido a su informalidad y no cumplir con los requisitos que estos solicitaban; por ejemplo, el 98% de los pequeños agricultores no cuenta con RUC, por lo que no pudieron participar en los fondos de Reactiva Perú.
Ante todo ello; el Ejecutivo aprobó el endeudamiento externo entre Perú y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) por la suma de US$ 24 millones con el objetivo de impulsar el desarrollo productivo.
El ministro de agricultura y riego, Jorge Montenegro, aseguró que se pondrá en marcha “Reactiva Agro”, con el fin principal de inyectar más capital para sostener la campaña agrícola 2020-2021.
El gobierno invertirá más de 2,500 millones de soles en este sector, destinando 600 millones a la agricultura familiar mediante créditos a tasas blandas y preferenciales por parte del Fondo Agroperú, sirviendo de fondo de garantía para préstamos a pequeños agricultores a través de Agrobanco y destinando créditos no reembolsables por Agroideas para financiar planes de negocio.
El ministro indicó que “Reactiva Agro” permitirá que empresas, incluidas mypes agrarias, usen los créditos para pagar salarios y capital de trabajo. Además, aseguró que el mantenimiento hidráulico generará empleos en el campo de manera rápida y eficiente; y que el apoyo inmediato continuaría con los mercados itinerantes que ya han comercializado más de 5 mil toneladas.
En el subsector pecuario, la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (AGALEP) indica que el aislamiento social ha afectado aproximadamente a 60 mil productores. Pese a ello, las cifras muestran una mayor producción de pollos, leche de vaca, huevo de gallina y porcino.
Sector Pesquero
El pasado 13 de mayo se dio inicio a la primera temporada de pesca de anchoveta 2020 en la región Centro- Norte y a principios de junio se registró el 23,07% de desembarque de la cuota asignada (2,4 millones de toneladas), según cifras del Ministerio de la Producción (PRODUCE). Según el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), entre el 29 de mayo y 4 de junio el desembarque promedio de este recurso fue de 39,9 mil toneladas diarias; y se espera un escenario conservador para lograr el primer millón en el mes de junio, debido a que la captura diaria disminuirá en julio por factores marítimos.
PRODUCE indicó que esta temporada cumple con las medidas de seguridad y salubridad que establecen la norma.
Por otro lado, funcionarios de sector mencionaron no haber tenido mayor dificultad en la aprobación de trámites, sin embargo, estas se presentaron con las autoridades locales debido a una descoordinación y falta de conocimiento respecto al inicio de la temporada.
En lo que respecta a créditos, a principios de junio, el Fondo Nacional de Desarrollo Pesquero (FONDEPES), había adjudicado ya 7,3 millones de soles para pescadores artesanales y acuicultores en el país.
Las cifras en la pesca para el consumo humano directo, según datos del INEI, muestran una caída en un 63,4% en abril debido a una menor demanda interna y limitaciones de la oferta, como el cierre de terminales por el contexto actual.
Una conclusión mirando a la realidad.
Los programas que brindará el Gobierno de ahora en adelante para la reactivación económica, deben focalizar la necesidad de contemplar facilidades para la población más vulnerable que, a su vez, es la mayoritaria. Pensar únicamente en el sector formal al brindar los diferentes medios de apoyo es darle la espalda a esta población que por años viene siendo una fuerza laboral esencial en nuestro país, por ello resulta obligatorio revisar las prioridades entre estos sectores.
Resulta urgente velar por cada factor en la cadena de producción, y dentro de ella hacer hincapié en la necesidad de asegurar el transporte de los productos. El acceso de insumos previos a la producción es igual de imprescindible que el acceso de esta a los mercados posteriormente.
Invertir en la innovación para buscar una mejora en términos de productividad y competitividad puede ser la medida mejor aliada para estos tiempos, resulta una necesidad clara tener que fortalecer y potenciar la capacidad productiva de cada sector. Cada uno de ellos, tiene un valor e importancia no solo por lo que aporta en cifras de crecimiento nacional, sino también por lo que trae consigo al desglosarlos: familias y comunidades que invierten su fuerza laboral buscando un crecimiento económico propio, y aquí están desde las empresas agroexportadoras mejor posicionadas hasta el agricultor o pescador artesanal que realiza sus actividades por subsistencia.
El Perú somos todos, y como sentenció Jorge Basadre en Cade (1979): “pese a sus problemas, el Perú aún no está liquidado”.