El crecimiento de la contaminación por la pandemia de la COVID-19

La crisis desatada por la pandemia del COVID-19 tuvo un impacto económico y ambiental. Si bien en sus inicios se tomaron medidas para la contención del virus, frente a esta emergencia sanitaria no se tuvo en consideración la crisis ambiental venidera.

Como primeras medidas de parte del Estado se limitó la libre circulación social paralizando diferentes actividades económicas: turismo, minería, transporte, etc.(«INFORME IPE», 2020) reduciendo las emisiones contaminantes drásticamente. Sin embargo, apareció una nueva plaga para el medio ambiente, los residuos sólidos utilizados en esta emergencia de saneamiento. 

Con esta crisis ha surgido una nueva categoría de desperdicios: mascarillas, guantes, paños desechables, etc. Éstos, a causa de su excesivo uso, han generado un problema de contaminación mayor, ya que su material se degrada en 450 años. La explicación de este incremento recae en la sensación de seguridad o barrera contra el contagio por parte de los consumidores.

Una de las soluciones parciales que se plantearon en varios países era la quema de estos desechos, lo cual contribuye a la generación de monóxido de carbono, dioxinas, cenizas y a la evaporación de sustancias químicas contaminantes que afectan a nuestra salud, causando problemas respiratorios a las personas expuestas(Informe sobre residuos sólidos .pdf, s. f.), sin embargo esto no resolvería el problema, es por ello que en otros países, como Ecuador y Ecoembes implementaron campañas de concientización poniendo en marcha normas sobre prácticas de consumo y basura, también se plantearon propuestas con el concepto de economía circular (paradigma que tiene como objetivo proteger el medio ambiente y prevenir la contaminación, facilitando su desarrollo sostenible),  con el fin de reutilizar estos desechos en abono, energía, etc.(Los desechos como producto de uso, 2020) para evitar que estos productos desechables terminen en los afluentes o calles. En Estados Unidos, el fabricante de automóviles Ford está produciendo batas reutilizables a partir de materiales de las bolsas de aire de los carros, las que podrán lavarse hasta 50 veces. En Nebraska, una universidad está probando la luz ultravioleta como medio para descontaminar y prolongar la vida de las mascarillas quirúrgicas y, por lo tanto, reducir los desechos. 

Por otro lado, debido a esta coyuntura, fueron tomados algunos acuerdos como medidas para la reactivación económica(«Informe IPE XV», 2020), las cuales disminuirían el nivel de exigencia de varias prácticas legales de regulación y control de actividades extractivas, como el contribuir con el desarrollo sostenible de la población ubicada en el área de influencia de la actividad minera o no cumplir con los compromisos sociales asumidos en convenios, actas y/o contratos, lo cual pondría en riesgo a los servicios ecosistémicos, a la calidad de agua, al suelo y a las poblaciones circundantes, pudiendo reactivar más conflictos ambientales. De hecho, durante este periodo de confinamiento, se produjeron dos derrames de petróleo, afectando la Amazonía. (GESTIÓN, 2020)